Es habitual que tras la clase diaria hagamos una exposición de la actividad que cada uno ha hecho durante esa clase, y lo hace explicando al resto de compañeros qué es lo que ha hecho y como lo ha hecho; todo en un solo minuto, a cronómetro.
Se trata de un ejercicio de expresión oral donde los chicos deben aprender a hablar en público, a relajarse, a hablar con naturalidad, a sintentizar contenidos, a escuchar (los que en ese momento no están haciendo su exposición), a controlar el ‘timming’ (evaluar el tiempo que llevan hablando y lo que les falta por decir); en general una serie de habilidades no técnicas, pero sí sociales.
Además, ellos mismos han establecido turnos de preguntas después de la exposición que hacen de un minuto; levantan la mano y esperan a que el ponente les de el turno de palabra, hacen la pregunta y la responden en perfecto orden.
Fotos del ejercicio de hablar.